Hace tiempo que quería escribir sobre uno de los temas más problemáticos y controvertidos en cuanto a turismo y animales se refiere: los falsos santuarios o centros de rescate.
Hoy en día somos muchos los amantes de los animales que cuando viajamos aprovechamos para conocer la fauna del país que visitamos. Y muchas veces, con la mejor de nuestras intenciones, ya sea para hacer una actividad con animales de forma responsable o para ayudar a lo que se supone que es una buena causa, acabamos formando parte de una farsa. Es decir, un negocio turístico que se lucra a costa de los animales y se maquilla haciéndose llamar a sí mismo “santuario”.
Y es que hoy, más que nunca, este tipo de negocio ha incrementado muchísimo a causa de las redes sociales, las cuales los ha puesto muchísimo de moda.
Pero, ¿qué es realmente un centro de rescate o un santuario?
Un santuario es un centro que nace con la intención de ayudar a algunos animales que sufren por alguna razón. Es decir, el origen de estos animales siempre es el rescate (animales huérfanos, en peligro de extinción, explotados por los seres humanos, heridos o con enfermedades…) e intenta ofrecerles las mejores condiciones de vida para que pasen el resto de su vida.
No siempre es fácil reconocer un santuario verdadero de uno falso. A menudo nos damos cuenta tarde, una vez ya estamos allí.
Pero no os debéis sentir mal por ello ni fustigar, porque todos en algún momento hemos participado de una actividad no responsable (¡todos!). Lo bueno es saberlo reconocer y poner todos los medios posibles para no repetirlo otra vez. Además de aprovecharlo para informar a los otros viajeros, ya que compartiendo nuestra (mala) experiencia por lo menos podemos conseguir que no les pase lo mismo a los demás.
Yo soy el primer ejemplo. Hace años hice de voluntaria en un santuario de chimpancés de Camerún, donde todo el día tenía a los bebés enganchados conmigo. La experiencia fue muy bonita, sí. Pero enseguida vi cosas que no me acababan de encajar, sobre todo de su forma de trabajar. Una vez de regreso a casa me enteré que su manera de «rescatar» los chimpancés era comprándolos a los furtivos (cosa que solo provoca que retroalimentes más la causa, el problema de raíz) y entonces ya vi claro que no era un buen centro.
A todo esto, pasados dos años, me fui a acabar la carrera de Biología realizando las prácticas en otro santuario de chimpancés en Uganda (esta vez con la ONG CSWCT, los cuales investigué bien previamente). Éstos, antes ya incluso de ir hacia allí, me pidieron mil pruebas médicas, vacunas, etc. Y eso que ya nos habían informado que cuando estuviéramos en el santuario no podríamos estar en contacto directo con los animales. Así que en ese momento fui consciente de muchas más cosas: ¡en Camerún había estado en contacto directo con los animales sin ningún control sanitario! Así que nos podríamos haber transmitido entre nosotros cualquier enfermedad. Y lo peor, podría haber causado la muerte de una cría.
En definitiva, en Uganda aprendí y disfruté muchísimo. Y, gracias a esta experiencia ya no he tenido más dudas a la hora de diferenciar un centro bueno de uno malo.
Así pues, con este artículo, quiero ayudaros a que no os pase lo mismo que a mí. Dándoos varios consejos que espero que os sean útiles.
Para empezar, para evitar caer en el error, lo ideal es que siempre os informéis y documentéis bien previamente sobre el centro que queréis visitar. Y os fijéis en las premisas que os explicaré.
Cómo distinguir los santuarios y centros de rescate falsos
A continuación tenéis un listado de las premisas en las que os tenéis que fijar para poder identificar si un centro es bueno o no:
- El origen o procedencia de los animales: los animales provienen de decomisos, cesiones voluntarias u otro tipo de rescates, pero nunca han de haber sido comprados, ni intercambiados (compra-venda e intercambios entre centros) y mucho menos capturados de su hábitat.
- NO hay un uso lúdico de los animales: los animales no están para entretener a los turistas. Los animales están allí y los turistas pueden aprender de la visita, pero no realizaran ninguna actividad de entretenimiento con ellos. Esto incluye cualquier tipo de espectáculos, la monta de los animales, las fotografías con ellos, alimentarlos, bañarlos… Es decir, cualquier tipo de interacción directa. Los cuidadores, veterinarios y personas especializadas del centro son los que deben alimentarlos y mantener el contacto con ellos (siempre y cuando sea necesario además). Es decir, los animales no están allí para entretenernos y por tanto la interacción con los visitantes ha de ser mínima o nula.
- NO hay reproducción de los animales: cualquier centro de rescate o santuario no quiere perpetuar la cautividad de los animales, por tanto no tiene sentido tener crías que no se podrán liberar y que ocuparán un lugar que podría servir para rescatar otro animal que lo necesite. Solo permiten la reproducción aquellos centros que tienen un proyecto de conservación con reintroducción de los animales en su hábitat. Si los animales no se pueden reintroducir, su reproducción no tienen ningún sentido.
- Reproducen el hábitat de los animales que tienen e intentan que vivan en las mejores condiciones posibles: si los animales no se pueden reintroducir y van a pasar el resto de su vida allí, deberían poderles ofrecer una vida y un entorno lo más parecido posible a lo que tendrían en libertad. Por tanto, hay que evitar jaulas, animales sociales alojados de forma individual, o cualquier característica relacionada con su alojamiento no adecuada a la especie.
- Su objetivo real y principal es el de ayudar a los animales y por tanto ofrecer el máximo bienestar para éstos. En consecuencia durante las visitas aprovechan para informar sobre la problemática, la conservación de esa especie… Es decir, que el turista ha de aprender durante la visita (no divertirse, eso ha de ser una consecuencia pero no el objetivo principal) y esto se ha de ver reflejado en su trabajo, en su web y en sus redes sociales.
Finalmente, quiero recomendaros que os fijéis mucho en la web y las redes sociales del centro. Instagram, Facebook… Especialmente en las fotos geolocalizadas de los visitantes. Así como en las de Tripadvisor, donde encontraréis imágenes de personas que lo han visitado y opiniones varias, por lo que suele ser fácil que si un centro realiza prácticas no responsables quede reflejado allí.
Pero si aún así no lo veis claro, siempre ante la duda, es mejor que no vayáis. Porque en estos temas es mejor pecar siempre por precavido que por valiente.
Aunque siempre tenéis la opción de consultar la web de Turismo Responsable con Animales de FAADA y su mapa interactivo, donde encontraréis centros recomendados en las páginas de cada uno de los países de éste. O bien preguntarles por correo.
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Elena García says
Un post realmente bueno, lo tendré muy cuenta en mis próximos viajes! Gracias!
Roger y Andrea says
¡Nos alegra que os guste! Creemos que es un tema del que falta mucha información… Así que hacemos lo que podemos para poner nuestro granito de arena.