La Península del Cabo se adentra 75 kilómetros al océano desde Ciudad del Cabo. Forma parte también del Table Mountain National Park y es una visita imprescindible de un día en un viaje a Sudáfrica. Esta península había sido una isla, pero hace 60 millones de años se unió al continente. En ella encontramos carreteras con preciosas panorámicas, playas, avistamiento de fauna (desde leones marinos a los famosos pingüinos africanos), pueblos costeros y la Reserva Natural de Punta del Cabo, con el famoso Cabo de Buena Esperanza.
Nosotros partimos a primera hora de la mañana desde Ciudad del Cabo y realizamos una ruta por toda la Península que nos llevó todo el día. Empezamos visitando la población de Hout Bay para ver los leones marinos de la Isla de Duiker, luego tomamos la Champan’s Drive donde hicimos varias paradas para disfrutar de sus paisajes, visitamos la Boulder’s Beach y su graciosa colonia de pingüinos, pasamos unas horas paseando por la Reserva Natural de Punta del Cabo y finalmente acabamos visitando las famosas casas de madera de colores de Muizenberg Beach. Fue un día intenso y muy completo; con muchísimas emociones…

Qué ver y hacer en Península del Cabo
– Hout Bay: pequeña población costera que se encuentra a 20 minutos de Ciudad del Cabo y cuyo atractivo principal es coger uno de los barcos que salen desde su puerto hacia la Isla de Duiker, donde habita una gran colonia de leones marinos. Hay varias empresas que ofrecen salidas a diferentes horas del día, por lo que no hace falta reservar nada previamente. Nosotros nos plantamos allí y escogimos aquella cuyo barco era el siguiente en salir. Mientras esperas, delante hay un seguido de puestos de venta de artesanía que te mantendrán distraído. En nuestro caso, también nos encontramos con una persona que distraía a los turistas con un león marino… Sí, lo estáis oyendo bien. Lo tenía “domesticado” (a saber a qué precio…) y la gente pagaba para hacerse fotos con el pobre animal (el cual parecía tener un problema en los ojos). Aprovecho para pediros que siempre que viajáis seáis turistas responsables y no participéis de abusos como éstos… La gente hoy en día paga por tener fotografías con los animales sin plantearse para nada las consecuencias de esto para el animal… En fin, que podréis hacer miles de fotos a los leones marinos que viven libres en la isla, que es mucho más bonito y gratificante.
Una vez en el barco, os acercarán a la isla lo suficiente como para poder observar y fotografiar los leones marinos pero no molestarlos. Es una buena experiencia, sobre todo para los que somos amantes de los animales.
Precio de la salida en barco a Isla Duiker: R60 (unos 5€)



– Chapman’s Peak Drive: ruta de 9 kilómetros, con unas 114 curvas, que bordea la costa rocosa de Chapman’s Peak. Empieza en el puerto de Hout Bay hasta llegar Noordhoek, pasando por el Chapman’s Point, con hermosas vistas de la bahía. Se dice que es uno de los recorridos costeros más espectaculares del mundo, y en él encontramos diversos puntos donde detenerse para disfrutar de unas impresionantes vistas. Nosotros paramos 4 veces, no solo para la foto, sino para disfrutar bien del paisaje, con tranquilidad. La última parada fue el mirador situado al final de la ruta, desde donde se observa Noordhoek y su impresionante playa de arena blanca.

– Boulders Beach: playa protegida situada cerca de la localidad de Simon’s Town. Está formada por entradas entre rocas de granito y alberga una colonia de pingüinos africanos (Spheniscus demersus, o también conocidos como Pingüino del Cabo). Se dice que se establecieron allí en 1982, y desde entonces no se han movido de esta playa. Es la única especie de pingüino que se puede encontrar en África y se encuentra en peligro de extinción. Miden alrededor de 45-70 cm de altura, pueden pesar como máximo 5 kilos y viven en grandes colonias formadas por numerosas parejas.
La playa donde se encuentran está vallada, por lo que los visitantes no pueden bajar y por tanto no se les pueden acercar, tocar ni molestar. Eso sí, se les puede observar bien y realizar fotos perfectamente. Nosotros les hicimos un book… Son tan pequeños y graciosos que no puedes dejar de fotografiarlos y grabarlos. Son muy divertidos, sobre todo cuando entran y salen del agua… Es una visita turística, en la que os podéis encontrar mucha gente, pero que vale la pena.
Con la entrada os darán un folleto informativo el cual es muy importante que os miréis, pues explican las normas de comportamiento dentro de esta área protegida. Entre ellas: no tocar, molestar ni dar de comer a los pingüinos, no acercarse a las zonas de nidificación, no hacer mucho ruido, no salirse de las zonas marcadas como accesibles, no tirar basura… Y en caso de ver un animal en mal estado, reportarlo. Todas ellas son normas básicas de turismo responsable..
Precio entrada: R70
Horario: de abril a septiembre de 8 a 17h; de febrero a marzo y de octubre a noviembre de 8 a 18’30h, diciembre y enero de 7 a 19’30h.



– Reserva Natural de Punta del Cabo (Cape Point Nature Reserve) y Cabo de Buena Esperanza (Cape of Good Hope): reserva situada en la punta de la Península del Cabo, que cuenta con una gran diversidad de flora y fauna y paisajes de costa espectaculares, con playas, bahías y muchos acantilados. Es imposible visitar toda la reserva en un solo días, por lo que recomendamos escoger alguna de sus rutas. En ellas podréis observar algún que otro animal, como avestruces, antílopes, aves, pequeños mamíferos y babuinos. Aunque los babuinos se encuentran en la zona del parking y del restaurante… Serán los primeros animales que veáis, incluso antes de bajar del coche. Id con cuidado de no enseñarles comida (ni que os la huelan, porque van a por ella!). Vimos varios saltando de coche en coche…la verdad es que impresionan. Son animales que pueden ser peligrosos, sobre todo si tienen comida al acecho…así que no intentéis acercaros mucho, darles de comer ni haceros ningún selfie…
El lugar más famoso sin duda de esta reserva es el Cabo de Buena Esperanza, situado a unos 15 kilómetros al sur de la entrada. Al contrario de lo que se cree popularmente, el Cabo de Buena Esperanza no es el punto más al sur de África, ni el lugar donde se encuentran los océanos Atlántico e Índico (lo es el Cape Agulhas, situado en el Agulhas National Park). Aun así es un lugar que vale la pena visitar por el paisaje que ofrece. Antiguamente fue llamado por Bartolomé Díaz como el Cabo de las Tormentas, debido al impredecible viento que allí siempre soplaba, pero años más tarde fue rebautizado con el nombre de Cabo de Buena Esperanza.
También se puede visitar el Faro de Cape Point, que se encuentra sobre unos acantilados a 200m sobre el mar. Se puede llegar hasta él caminando por un sendero que empieza en el aparcamiento (se tarda una media hora) o bien en un funicular (tarda unos 5 minutos en llegar y cuesta R65).
Vale la pena dedicarle unas horas a caminar por la reserva y disfrutar de los paisajes.
Horario de apertura: de octubre a marzo de 6 a 18h, de abril a septiembre de 7 a 17h.
Precio: R140 (unos 10€)


– Muizenberg Beach: se trata de una de las playas más famosas de Sudáfrica, no por su belleza, sino por sus coloridas cabañas de madera que se alinean a lo largo de esta. En realidad se trata de vestidores, muy utilizados por los surfistas, ya que se trata de una extensa playa de fina arena blanca que suele presentar fuertes oleajes. No os esperéis una playa espectacular, no es nada del otro mundo, pero hay que decir que estas casetas de colores le dan un encanto especial. Son muy fotogénicas, por lo que os sugerimos acabar vuestra visita de la Península del Cabo aquí, paseando por la playa y disfrutando de la puesta de sol.


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